Con el cuerpo: si no quieres hablar, nada te impide coger su mano y colocarla en el lugar en el que sientes más placer.
Con al aliento: seguramente serás consciente de ello, pero la modulación de tu aliento proporciona increíbles indicaciones a tu pareja. Desde el suspiro más ligero hasta el grito de placer, juega con todos los matices.