años siguientes tampoco fueron fáciles. Annie tenía tres trabajos para mantener a sus pequeños. Pero un día conoció en la calle al hombre de sus sueños:?Alan, un delgadísimo y antiguo soldado de Vietman. La mujer recuerda el inicio de su relación: “Me chocó que le gustaran las mujeres grandes con enormes pechos.”?Annie empezó a conocer el significado de la palabra felicidad y a disfrutar del sexo:?“Alan no paraba de decirme que era guapa, adoraba mis senos, me compraba sujetadores y trataba a mis hijos como príncipes.” Alan le ayudó además a rentabilizar sus atributos.?Le sugirió posar para una revista erótica. Tras la publicación de las fotos, llegaron miles de cartas de lectores y comenzó a estar orgullosa de su pecho:?“Incluso empecé a comer más para que me creciera”. En el año 2000, un fan contactó con ella y con él abrió una página web. Annie ha creado un rentabilísimo negocio en Internet con los 12 euros mensuales por suscripciones.