Imagina que estás en el mercado, eligiendo piezas entre el género que te ofrece la pescadera: un besugo por aquí, un salmonete por allá, unas gambitas, almejas... Llegas a casa, y usando tus compras como si fueran piezas de puzzle te da por componer un rostro femenino. Como toque final, que no falten las joyas. Aunque tratándose de una figura marina, tendrán que ser perlas, por supuesto. | |