| | Victoria Beckham
Cuando la Beckham se emborracha, se emborracha de verdad. Aunque la veamos siempre intentando parecer elegante y distinguida en sus juergas nocturnas, la clave para un buen paparazzi está en esperar a la puerta de dicho sarao hasta que la interfecta regrese al coche tras haberse metido entre pecho y espalda algún que otro copazo.
Y en este caso, la mirada perdida de Vicky delata que por sus venas corre más ron que el que hay en Cuba. Y qué decir de la foto en la que aparece con los ojos en blanco, empotrada contra el cristal del coche y con su dedo anular metido en la boca... ¿se pensaría que ese dedo es el apéndice masculino de su marido? .
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